viernes, 2 de abril de 2010

Desde tu partida...

Éste es el momento en el que llego a casa, vengo razonando a lo largo del camino los porqués de la situación en la que me veo en éste momento. Quizás yo sea una escéptica y no crea en ti, en la confianza que debo tenerte. Me pongo en tu lugar, entiendo de tus traumas, de las limitaciones que has sufrido durante un tiempo y a su vez pienso que te escudas en esos motivos por miedo a enfrentarte a tus sentimientos y por pensar que voy a hacer de ti una marioneta. No es así, pero me duelen tus actitudes y me causan inseguridades que tengo que corregir por el bien de mi misma sin hacerte a ti responsable de ellas. Al mismo tiempo pienso en tus formas ante diversas situaciones, las palabras y actitudes que me hieren... no digo lo que debes decir ni te prohíbo hacer lo que desees, pero me hace mal en muchas ocasiones las cosas que dices y haces, con lo cuál tomo decisiones para protegerme al no ver que le das el lugar idóneo a mi persona, no física más bien sentimental. Tus palabras me quitan amor y tus actos me lo regalan. Ante éste echo me veo confundida, la duda me hace sentir abandonada y huyo para buscar escape a las energías que siento. Me hago creer a mi misma que desde que entraste en mi vida lo que ha ocurrido entre los dos es una aventura por la manera en que me has expresado tus deseos desde el principio, en la realidad me sorprendo enormemente cuando descubro que la aventura para mi ha llegado muy lejos y me entristece que acabe. Me puedo sorprender cada día, de hecho me sorprendo a día de hoy.
La sustancia que le inyecto de adrenalina a mi cuerpo es extrema. No quiero sentir ataduras, el estado que me provoca sentirlas me encierra en un rol que no me lleva a ninguna parte en la que pueda sentirme cómoda. Me gusta la soledad, estar con mis inquietudes, fuera del daño de las mentes y las carnes; no podría explicar con palabras, la prueba de ello es que aquí me encuentro de nuevo mezclando letras, y no siento mis ojos igual que tú no sentías los tuyos la otra tarde… Veías espirales de colores, escuchábamos música con subtítulos, masaje con los pies sobre la espalda y caliente por el sol nuestra piel. Tengo miedo, estoy volviendo a alzar el muro que me costó años derribar y mi boca empieza a enmudecer y hablar cuando no son los momentos. Sabes más de mí que yo de ti, he dado lo que no debiese y he recibido algo que nunca esperé que pasara. Enamorarme no estaba en mis proyectos, yo sólo quería pasar un buen rato. Estar en compañía de alguien divertido, si, si… pero ocurrió, sí, ocurrió. ¡Tenía que pasarme a mí justo ahora! Pues no puede ser pero fue que desordenaste mis proyectos y me resbalo entre pensamientos que me agotan... No me encuentro. Ésta vez he de ser consecuente con los actos que me tienen en éste estado y superar la locura que me aturde, aprendí a volar hace tiempo y he de seguir volando para que puedan acariciarme otros vientos.

Un beso que abrace tu alma.

3 comentarios:

Unknown dijo...

¡¡Esa volada!! Espero puedas compartir tu tiempo ;)

Suerte

Sara Moreira dijo...

No dejes de volar, no dejes que tus alas se entrelacen y te impidan disfrutar de lo que tienes ante tus ojos

ninlof. dijo...

muy profundo, los sentimientos siempre son dificiles de explicar, pero tu lo has conseguido un poquito!

:)