viernes, 21 de enero de 2011

A una hora y media de tí.

Siempre me ha gustado volar. No me refiero a volar de.. (soñar o libertad) como acostumbro a tratar éste verbo; me refiero a volar suspendida en el aire dentro de un gran pájaro de hierro al que alguien bautizó con el nombre de avión.
Me encantan las cosquillas que se producen dentro de mí al despegar, la adrenalina disparada y contenida hasta ése momento es una adicción para mí... Dos años sin volar, es demasiado tiempo. Dos años sin cosquillas y ¡las volví a sentir! mejor fue incluso cuando, al bajar del avión las cosquillas volvieron multiplicadas al ver tu carita iluminada al verme. Como palomitas explotando en sartén caliente era mi cuerpo frente a tí... Y como niña pequeña allí estaba yo; completamente desnuda, todos mis pensamientos ya eran tuyos desde antes de llegar ese instante.
Tuve tiempo para soñar con el encuentro, las espectativas fueron más que superadas.. en mi sueño no era tan perfecto como lo fue en la realidad pues.. tus besos fueron los más tiernos que los que pudo darme el fantasma de la ilusión.

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