jueves, 2 de diciembre de 2010

Dormida en el regazo de tu caricia pura.

Mi cuerpo sucumbió ante tí; sin titubeos...
Tu mirada viajó a través de la mía quedándose a vivir por siempre en la estancia reservada a el anhelo. 
La utopía de un beso regalado a otras bocas mientras la mía se muere de sed..
Herida por la que se me va la vida, la razón de mi necesidad eres tú.
Puzzle de senderos adruptos, 
ruta interminable hacia el destino que soñamos y no logramos resolver.
 Los brazos extendidos reclamando el abrazo divino de la comprensión.
No caigas en el camino, levántate "estoy aquí" para consolar tu soledad cuando sientas frío.

Volamos con la música de Vienna Teng.





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